lunes, 18 de julio de 2011

Pañuelos de papel

A veces, me da por pensar demasiado, quizás. Y es que mientras hablo con varios colegas por MSN no he podido evitar hacerme esta pregunta: ¿De verdad la vida es tan fría, tan cruel en su propio egoísmo?

Siempre, desde muy pequeña, he pensado que algo malo ocurría donde yo vivía, que el mundo no podía ser tan injusto. Pero, ahora que soy quizá un poco más madura, me doy cuenta de que no es sólo mi pueblo, esto va mucho más allá. Quizás las películas y las historias de los cuentos me han comido la cabeza, quizás todo eso sea pura fantasía. Y me deben haber comido muy mucho la cabeza cuando no me entra en la cabeza la idea de amigos de usar y tirar, novias de usar y tirar, hoy en día, todo es de usar y tirar... ¡Como los pañuelos de papel! ¿En dónde quedó la idea de los amigos de toda la vida que siempre están ahí cuando los necesitas? ¿En dónde quedó el amor que realmente lo vale, que lo vence todo? Parece haberse destruido con un pequeño soplido. Y sinceramente, incluso me dan ganas de irme a vivir a una de esas tribus africanas casi extintas hoy en día, ¡Por nuestro egoismo! No es que quiera ser aguafiestas, pero no solo estamos jodiendo a los demás, estamos jodiendonos a nosotros mismos también.

Mi madre, desde muy pequeña, me había enseñado que la comida cuando no se hacía con cariño, sabía muy diferente, aunque tuviera las mismas especias e ingredientes, las mismas cantidades. Pero abandonamos la comida que nos da nuestra madre para irnos a por la comida rápida que para mi gusto, no es otra cosa que basura.

Pero claro, es de inocentes darle el mismo cariño a todo el mundo. Y en eso, hay que ser más listos que los zorros.

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